Los Pitufos - Pastel de Pitufresas

En la mayoría de los capítulos veíamos a nuestros pequeños amiguitos azules recolectando las pitufresas que crecían en el bosque cercano a su aldea, pero siempre lo hacían echando un ojo alrededor por si aparecían Gargamel y su gato Azrael. Más tarde era el Pitufo Pastelero el encargado de preparar miles y miles de pasteles con estas bayas y así alimentar a toda la aldea pitufa, siempre y cuando, no se los comía antes el Pitufo Goloso. 😋

Os traemos una riquísima receta del pastel de pitufresas para que podáis pitufearlo. Por cierto, si veis a Gargamel compartirlo con él ya que está tan bueno que se hará adicto y dejará por fin de perseguir y atrapar a los pequeños pitufos. 😃

Pastel de Pitufresas

Ahora que estamos en primavera es la época perfecta del año para hacer todo tipo de recetas con fresas, ¿verdad? Es por ello que hemos contactado con el Pitufo Pastelero para que nos pase su famosa receta del pastel de pitufresas. A cambio nos ha pedido que le ayudemos a idear un plan para evitar que Pitufo Goloso le robe los pasteles antes de que los pueda probar Papa Pitufo y el resto de los habitantes de la aldea pitufa. Después de mucho pensar, se nos ha ocurrido hacer un pastel de pitufresas que no necesite ni horno ni tener que vigilar quien se lleva el pastel de la ventana mientras se esté enfriando. 🍰

Es una receta de una tarta tipo mousse con base de galletas, que no necesita cocción solamente reposo en la nevera para que cuaje la gelatina. Su elaboración es bastante sencilla, pero con un resultado espectacular y rico. Nosotros hemos pensado en hacer la tarta un poco más aparente elaborando 2 mousses, pero podéis hacer tranquilamente una sola, y si no os apetece montar una tarta también podéis poner la mousse en vasitos como postre individual.

INGREDIENTES:

Para las mousses:

250 gr de fresas
100 gr de azúcar
100 gr de agua
4 láminas de gelatina
500 gr de nata para montar
Colorante rojo (opcional)

Para la base:

200 gr de galletas tipo digestive
75 gr de mantequilla

PREPARACIÓN:

Trituramos las galletas y las mezclamos bien con la mantequilla fundida. Repartimos la masa por la base y las paredes de un molde de tarta. Reservamos en la nevera para que endurezca un poco.
Separamos en 2 partes las fresas. Una mitad la trituramos hasta hacer un puré y la otra mitad se corta en trocitos medianos. Reservamos en 2 boles.
Montamos la nata hasta que quede semimontada, es decir, se bate sólo hasta que tenga una consistencia espumosa, nada dura. Es importante no batir demasiado ya que luego al mezclarla con los demás ingredientes se va a seguir montando y corre el riesgo de cortarse.
Separamos la gelatina en 2 mitades y las ponemos a hidratar en 2 boles de agua muy fría.
En una olla hacemos un jarabe con el agua y el azúcar hasta llegar a los 118ºC, o como se llama en pastelería, punto de bola floja. Es importante no mover el almíbar para que no salgan grumos y apartarlo del fuego a los 115-116ºC porque con el propio calor ya se alcanzan y si se sobrepasan los 118ºC quedaría demasiado duro. En este paso es casi imprescindible usar un termómetro de cocina o de azúcar, aunque se puede comprobar el punto correcto metiendo la punta de un cuchillo en el jarabe, después en agua fría y ver si con el jarabe frío se puede hacer una bolita de consistencia blanda. Esta comprobación es para los más expertos ya que, como ya sabéis, el caramelo puede producir dolorosas quemaduras, por lo que recomendamos usar el termómetro.
Cuando esté hecho el almíbar echamos la mitad en el bol de las fresas en trocitos e incorporamos las 2 láminas de gelatina bien escurridas y mezclamos bien hasta que esté derretida y todo homogéneo.
La otra mitad del almíbar la añadimos al bol de puré de fresa, mezclamos y volvemos a cocerlo todo junto. Retiramos del fuego y añadimos las otras 2 láminas de gelatina bien escurridas, dejando que se derritan bien.
A cada bol le añadimos la mitad de la nata semimontada, en varias tandas, y mezclamos con cuidado y con movimientos envolventes. Nos quedarán 2 mousses: una blanca con trocitos de fresas repartidas por la mousse y otra de color rosa (podéis poner un poco de colorante rojo para conseguir un tono de rosa más oscuro, según vuestro gusto).
Ponemos un aro más pequeño que el molde de la tarta en el centro de la misma y rellenamos el interior con la mousse blanca con trocitos. No retiréis el aro aún.
Para facilitar el rellenado, ponemos la mousse de color rosa dentro de una manga pastelera y la repartimos por los laterales de la tarta, entre el aro y el molde. Con cuidado, quitamos el aro y cubrimos con el resto de la mousse rosa la parte superior de la tarta para que no se vea la mousse blanca.
Dejamos que la tarta cuaje durante dos o tres horas en la nevera.
Se pueden utilizar algunas fresas más como decoración.